Lo que parecía lejos, se va acercando y es muy probable que más rápido de lo que creemos. Hay que prepararse para un nuevo modelo de organización de eventos en el que todos deberemos ser partícipes y comprensivos en su desarrollo.
Yo soy muy reacio a usar el término nueva normalidad, pero sí es cierto que vamos a tener que tirar de uno de los recursos más importantes del ser humano, la adaptabilidad. Y es que las competiciones tendrán nuevas normas, normas enfocadas a tu salud y la de los demás. Se desarrollarán con un ambiente cambiado y con ciertas restricciones, modificaciones y una disminución de ciertos servicios que antes eran privilegio.
Algo que deberás tener en cuenta es que, en los inicios de las pruebas competitivas, la celebración de estas no estará sólo en manos del organizador, sino que este va a depender de diferentes estamentos que accedan y den permiso a que se pueda celebrar la prueba. Esta deberá cumplir los requisitos que se fijen para salvaguardar la salud de los participantes, voluntarios, organizadores, espectadores y un sinfín de personas que se ven involucradas durante los días del evento. Por tanto, la comprensión y empatía tendrá que acompañarnos desde el momento en el que pensamos inscribirnos a un a competición.
El distanciamiento social será norma en todos los protocolos en torno a un evento. Desde horarios más estrictos para recoger dorsales, horarios para dejar bicicletas, accesos con áreas de higiene, mesas y mostradores más separados e incluso puede que reuniones informativas y entregas de premios sean online y no presenciales. ¿Quién sabe?
Posiblemente desaparezcan las carpas de vestuario, haya nuevas áreas de cambio de ropa (como era hace años en tu box) y los avituallamientos postmeta sean un autoservicio rápido y luego toque recoger las cosas del area de transición por tandas.
El público también tendrá sus normas y sus áreas de estancia, así como sus áreas restringidas. Habrá zonas de control de temperatura corporal de los deportistas para comprobar que no hay indicios de enfermedad e incluso puede que algún certificado de responsabilidad o certificado médico sea necesario. El uso de guantes y mascarillas en ciertas áreas del evento seguramente serán necesarios u obligados.
Aquellos servicios tan “top” de eventos como Roth en el que te ayudaban a quitarte el neopreno, te daban la bolsa de avituallamiento especial e incluso te cogían la bici, es muy probable que desaparezcan en muchos eventos.
Hay detalles como el tener la bici a punto y el llevar tu propia bomba que serán de gran importancia ya que el intercambio de bombas será limitado y los retoques mecánicos en los puestos del evento tendrán normas muy estrictas.
COMPETICIÓN Y ENTRENAMIENTO
Será necesario incidir en algunos aspectos del entrenamieto:
- Trabajar habilidades de nado en solitario en aguas abiertas
- Trabajar al máximo el optimizar la autosufieciencia
- Trabajar, de manera muy concienzuda, el ritmo de carrera y la gestión en solitario de esa carrera a pie.
Las salidas de natación serán en “Rolling-start” y tendrán horarios por grupos (ya había eventos así) que seguramente se situarán por filas con separación de 2 mts. o similar entre cada fila y entre los deportistas de cada fila. Por tanto, la posibilidad de nadar a pies y en grupo se reducirá, por lo que el entrenamiento de habilidades en aguas abiertas en solitario será algo a implementar en la programación.
Ya en larga distancia se ha invitado al triatleta que aprenda y trabaje al máximo la autosuficiencia para que no tenga que recurrir, en demasía, de los avituallamientos de carrera y evitar aglomeraciones y contactos excesivos, así como el contacto entre voluntarios y atletas. Por lo que la estrategia nutricional deberá ser más trabajada por parte del triatleta aficionado y los recursos de transporte de nutrientes optimizados al máximo.
Los avituallamientos cambiarán en su funcionamiento y el recorrido de carrera a pie cuya tendencia era de dar más vueltas y reagrupar todo, ahora posiblemente cambie y sean menos vueltas y cada una de estas de mayor longitud para alargar los espacios entre corredores y las zonas de público. Reduciendo así la densidad de corredores por kilómetro de recorrido.
Esto hará que aprendas más sobre ti y, a reconocer tus propios ritmos sin tomar de referencia a los demás corredores pues la proximidad a ellos se verá reducida. (algo para tener en cuenta en la planificación del entrenamiento)

Las competiciones, ahora más que nunca, se convertirán en una experiencia personal en la que estarás en todo momento al 100% con tus sensaciones y con un gran trabajo de gestión de tu responsabilidad para con los demás. Debido a la dificultad de saber dónde estás en la prueba, el tomar referencias de puestos con los demás, ahora sí que se convertirá en una prueba contigo, con tu capacidad y con la prueba, con el contexto de la competición en sí (circuito, ambiente, incertidumbres, contratiempos, etc)
Aunque no lo parezca, en el entrenamiento y en la competición acaba de aparecer una nueva variable que gestionar y trabajar, el sentido de responsabilidad y respeto en tu salud y en la de los demás. Es un factor que lo creamos o no, aunque intentemos minimizarlo, va a estar presente y rondando en nuestros pensamientos durante la competición y durante la preparación. Por tanto, hay que trabajar con ello y adaptarse a ello para no bajar el rendimiento a causa de él.
Volveremos a competir, aunque, al menos durante un tiempo indeterminado, con nuevas variables a las que hacer frente. Pero de eso se trata la competición y el deporte de resistencia. Avanzar al mejor ritmo posible, gestionando energías y solucionando situaciones inesperadas de la prueba.