A la hora de escoger o de decidirnos por comprar un pulsómetro lo primero que miramos es el presupuesto. Algo muy normal pero por lo que no debemos tomar directamente la decisión final.
Todos podemos concluir que el mas barato seguramente sea el peor pero no se trata de mejores o peores sino de elegir el adecuado a nuestras necesidades. Quizá tengas que aguantar un mesecito más sin pulsómetro, ahorrar 20 euros y comprarte aquel que se adapta a lo que realmente necesitas. Con esto os quiero decir que el más caro, por mucho que pueda ser el mejor y más completo, es posible que tampoco sea el que os conviene.
Por lo general un pulsómetro no se queda obsoleto. En mi caso tengo uno moderno y otro de hace 11 años. Un polar proTrainer XT de los primeros que se pasaban los datos al ordenador. Funciona como el primer día y mejor que los actuales. La durabilidad es similar a la de un reloj deportivo con el trote que conlleva su uso tanto deportivo como social.
Pero volviendo al precio… los encontramos desde los 35 euros hasta los 700. No hay que decir que como en muchas otras cosas el precio también es indicativo de fiabilidad y de versatilidad pero la elección ya os digo que tiene que venir marcada más por el uso que por la etiqueta del precio.
¿Quienes lo usan? El corredor ocasional, el alumno de la sala de fitness, el alumno de ciclosala, el corredor popular, el triatleta popular, el que no es tan popular, el ciclista, el olímpico, el entrenador científico, el señor/a cardiópata que sale a andar, etc. Como veis un sin fin de personas pueden o deben usarlo.
Por lo tanto ya tenemos el criterio precio y el criterio utilidad. En cuanto a la fiabilidad, en la función básica que es mostrarnos el pulso hoy en día me atrevería a decir que todos son válidos (aquellos que se compren con cierta garantía, es decir, que no se compren en un mercadillo de la playa a un precio que sabes que es imposible). En otras funciones ya existen sus más y sus menos en fiabilidad entre unos y otros. (típica frase políticamente correcta, no digo nada y parece que digo mucho).
Antes de entrar a analizar un poco la utilidad veamos otros criterios como son el peso y el diseño. Os podéis preguntar que qué mas da eso si es para hacer deporte, sudar y no para ir de fiesta.
Veamos el tema peso. Imagínate durante mas de tres horas de maratón con un peso en la muñeca fuera de lo normal a un reloj convencional. Los primeros kilómetros muy chulos pero cuando pasas el kilómetro 24 la cosa empieza a pesar, cuando pasa el 30 es un ladrillo pero cuando llega el 36 eso lo quieres tirar.
Vete a un triatlón con un mazacote de pulsómetro, ponte a nadar y siente como ese reloj de Mortadelo y Filemon se va enfrentando al agua en cada entrada de la mano y en el momento de quitarse el neopreno tu prótesis de muñeca en forma de pulsómetro se adhiere al neopreno con ganas de no separarse de él pues le ha tomado cariño.
Imagina tu pulsómetro con ese chulo gps del tamaño de un despertador puesto en tu brazo para irte a correr por el parque junto a tu otro brazalete del mp3 y pegado a tu iPhone por si tienes una llamada urgente.
Una vez visto que el peso y diseño importa (aunque más a unos que a otros) veamos el tema utilidad. Aunque antes voy a hacer un inciso respecto a las bandas pectorales ya que estas también tienen su importancia sobre todo el tema de su forma y diámetro más que la posibilidad de cambio o no de pilas.
Hay que tener en cuenta que las bandas rígidas es muy probable que a personas con torso pequeño no se adapten bien al contorno y tomen mal la medida de pulso. Lo mismo pasa con la longitud de la correa en personas muy musculadas y en obesos. En estos es posible que no llegue a enganchar ciertos tamaños de correa por lo que es necesario en todos estos casos probárselas antes de adquirirlas.
Ahora sí nos metemos con algunas utilidades y la opción a elegir.
Eres un forofo del ciclismo con sus altimetrias, ritmos, cadencias y demás. Está claro entonces lo que tienes que buscar, ¿verdad?. ¿Te gusta medir tus ritmos de carrera? ¿Te interesan los entrenamientos por intervalos? Pues también tienes tu pulsómetro.
Si tu profesión es el deporte y necesitas que todo sea medido, analizado y contabilizado está claro que necesitas un pulsómetro con la opción de volcar los datos al ordenador.
Vas al gimnasio pero eso de los intervalos y ritmos no te va, tu lo que quieres es bajar peso. Entonces busca uno que tenga tanto alarma de máximas y mínimas pulsaciones como contador de calorías ( ya veremos en otro capitulo como se usa esto)
Vas a clases de ciclo y quieres ver que vas a ese 82,45% que dice el instructor que hay que llevar en ese preciso momento de la clase pues… no te queda más remedio que tener un pulsómetro de señal codificada sino quieres llevarte un susto cogiendo las pulsaciones del compañero Antonio que suele ir al 118,93% de su máximo. ¡je!
¿Te gusta el multideporte? Existen pulsómetros adaptables a la bici, a la carrera (con su podómetro y/o gps) y además ya empiezan a sacar modelos de mayor fiabilidad en el medio acuático.
Lo tuyo es no pasarte de las pulsaciones que te ha dicho el cardiólogo y no quieres complicarte más la vida del ejercicio pues con uno sencillito que te de lo básico te vale.
Como ves el dilema de qué pulsómetro comprar es sencillo haciendose las preguntas correctas y respondiendo a ellas según tus verdaderas necesidades:
Veamos esas preguntas:
- ¿Para qué lo voy a usar?
- ¿Cuál es mi presupuesto?
- ¿El presupuesto que tengo está acorde con el verdadero uso?
- ¿Qué “trote” le voy a dar?
- Otras preguntas secundarias una vez que sabes la utilidad:
- ¿Codificado? (mi consejo es que siempre sea codificado)
- ¿Con software?
- ¿Adaptable?
- ¿Bonito o funcional?
Una vez que ya hemos elegido nuestro pulsómetro y lo tenemos en nuestra muñeca queda lo más importante. ¿Cómo se usa esto? Y no sólo eso ¿cómo se le saca partido al pulsómetro?
Pero eso ya lo veremos en otro momento. Ahora ve a comprar tu pulsómetro y si ya lo tienes espera impaciente a que te ayude a usarlo.
Buenas pulsaciones a todos, Gracias.